Vino del mar, a Panamá, a trabajar en la selva
y a construir el Canal.
Le pagaron en plata, al hombre blanco le pagaban
en oro y la fiebre amarilla se llevó el alma de todos.
Mi abuelito fue un hombre, Antillano, y vivió y murió
en Panamá. Hombre Antillano, quiero reconocer tu
voluntad de hierro, tu sacrificio.
Diste la vida para construir un camino que uniese
a los océanos, dentro del corazón de Panamá.
El tiempo ha transcurrido pero la discriminación
continúa; debemos trabajar juntos hasta encontrarle
una cura. Hombre Antillano, vino del Caribe y encontró
una casa y un nuevo comienzo en Panamá.
Mi abuelito fue un hombre, Antillano, y vivió y murió
en Panamá.
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